Desinfección

Prácticamente todas las reglamentaciones relativas a la calidad y el tratamiento del agua tienen como objetivo la protección de la salud pública mediante la eliminación de las enfermedades transmitidas por el agua. El principal medio para lograr esto es a través de la desinfección del agua potable para inactivar bacterias, virus y protozoos. La desinfección del agua también es muy común en los procesos de tratamiento de agua ya que la presencia de contaminación bacteriológica puede causar efectos negativos indeseables en los equipos de la planta o en el propio proceso de tratamiento. Hoy en día existen varios métodos de desinfección del agua, siendo los siguientes los que prevalecen.

Radiación ultravioleta


Se ha demostrado que la luz ultravioleta (UV) producida por las lámparas UV es un bactericida eficaz tanto para el aire como para el agua. Al desinfectar el agua, la cantidad de radiación necesaria depende de factores como la turbidez, el color y las sales de hierro disueltas, que afectan negativamente a la penetración de la energía ultravioleta a través del agua. Por esta razón, la luz ultravioleta no es satisfactoria para desinfectar agua con alta turbidez. Las unidades de desinfección UV cilíndricas con accesorios de plomería estándar han sido diseñadas para instalación en línea en líneas de agua. La intensidad de la luz debe verificarse con frecuencia y la funda alrededor de la bombilla debe limpiarse periódicamente. Algunas unidades tienen un aparato tipo émbolo operado externamente para este propósito. Una desventaja de la luz ultravioleta es que no proporciona un desinfectante residual en el agua como lo hace el cloro. Por lo tanto, no hay barrera contra la recontaminación del agua. Por esta razón, la luz ultravioleta no está aprobada por la Agencia de Protección Ambiental como único método de desinfección para los sistemas públicos de agua. Otra desventaja es que se requiere una fuente continua de energía eléctrica para operar una luz ultravioleta.

Ozono



Si bien el ozono se usa ampliamente para la desinfección y oxidación en otras partes del mundo, su uso es relativamente nuevo en Europa. El ozono es inestable a temperaturas y presiones ambientales y, por lo tanto, debe generarse en el sitio y usarse rápidamente. Se genera aplicando un campo eléctrico de alta energía al oxígeno puro o al aire seco. La desinfección se lleva a cabo cuando se agrega gas ozono al agua corriente. La vida media del ozono en el agua es bastante corta, del orden de minutos, debido a su descomposición en oxígeno. Por esta razón, se requiere un desinfectante secundario, como con la luz ultravioleta, para que se pueda mantener y medir un desinfectante residual en todo el sistema de distribución. Una ventaja del ozono es que forma pocos desinfectantes derivados de productos como los trihalometanos (THM). Las desventajas son su costo relativamente alto y la complejidad inherente a la generación en el sitio.

Cloración


El cloro es un desinfectante que se agrega al agua para reducir o eliminar los microorganismos, como bacterias y virus, que pueden estar presentes en los suministros de agua. Desinfectar nuestra agua potable garantiza que esté libre de microorganismos que pueden causar enfermedades graves y potencialmente mortales, como el cólera y la fiebre tifoidea. Hasta el día de hoy, el cloro sigue siendo el desinfectante de agua más utilizado y el desinfectante del que tenemos más información científica. El cloro se agrega como parte del proceso de tratamiento del agua potable. Sin embargo, el cloro también reacciona con la materia orgánica presente de forma natural en el agua, como las hojas en descomposición. Esta reacción química forma un grupo de productos químicos conocidos como subproductos de la desinfección. El más común de estos subproductos son los trihalometanos (THM), que incluyen el cloroformo. La cantidad de THM que se encuentra en el agua potable depende de varios factores, incluida la estación y la fuente del agua. Por ejemplo, los niveles de THM son generalmente más bajos en invierno que en verano, porque la cantidad de materia orgánica natural es menor y se necesita menos cloro para desinfectar a temperaturas más frías. Los niveles de THM también son bajos cuando la fuente de agua potable son pozos o grandes lagos, y más altos cuando la fuente son ríos u otras aguas superficiales, porque generalmente contienen más materia orgánica. Los datos científicos actuales muestran que los beneficios de clorar nuestra agua (menos enfermedades) son mucho mayores que los riesgos para la salud de los THM y otros subproductos.

Los beneficios del cloro libre como agente desinfectante


Potente germicida
Los desinfectantes de cloro pueden reducir el nivel de muchos microorganismos causantes de enfermedades en el agua potable a niveles casi inconmensurables.

Control de sabor y olor
Los desinfectantes de cloro reducen muchos sabores y olores desagradables. El cloro oxida muchas sustancias naturales, como las secreciones de algas malolientes, los sulfuros y los olores de la vegetación en descomposición.

Control Biológico del Crecimiento
Los desinfectantes de cloro eliminan las bacterias del lodo, el moho y las algas que comúnmente crecen en los depósitos de suministro de agua, en las paredes de las cañerías de agua y en los tanques de almacenamiento.
Control químico
Los desinfectantes de cloro destruyen el sulfuro de hidrógeno (que tiene olor a huevo podrido) y eliminan el amoníaco y otros compuestos nitrogenados que tienen sabores desagradables y dificultan la desinfección. También ayudan a eliminar el hierro y el manganeso del agua cruda.